Por Ariel Díaz (libreriafutbol@gmail.com)
Carlos Del Frade escribió en un libro sobre aquellas cosas que muchos dicen “off de record”. Él se animó. Avanzó en lo que a veces, se lee entre líneas. Eso que deja tanto espacio para la suposición. Pero lo hizo con la seriedad periodística que se ha ganado. Desmenuzó cuales son los cosas que han jodido (y joden) a Rosario Central: habló de ciertas ambiciones de la barra, de la intervención en Central, de los asuntos dirigenciales, de los vueltos en los pases, del déficit crónico, de los empresarios “amigos”, de la compra del predio de Arroyo Seco, negocio que se hizo con una persona complicadísima con la justicia y la manera de celebrarlo que existió en una parte de la parcialidad. Lo hizo con nombre y apellido. Pero también contó sobre el amor: un joven se quitó la vida luego del descenso auriazul por el vínculo que tenía con el club. Y en una de las tribunas del Gigante, Del Frade estableció con su padre un puente donde hablaban de otras cuestiones que iban más allá de ese contexto futbolero.
Quien haya compartido con un familiar la locura que se vive en un estadio de fútbol, sabe de qué se está hablando. Muchas personas dicen en esos lugares lo que callan en otros. Por amor, por ideología, por respeto o por lo que fuera en la tribuna suelen fluir verdades que se agazapan en otros terrenos. Hay razones del corazón. El futbol es un lugar de encuentro donde se pueden construir vínculos.
El periodista fue recorriendo muchos sectores de la vida del club. Se entrevistó con ellos. Consiguió material más importante que el que distribuyen los medios de mayor alcance. Describió las cosas que habitualmente se pasan por arriba, y que terminan siendo responsables de esta realidad angustiante para los hinchas.
Abarcó dos opuestos que se conviven: las razones de la pasión en los fanáticos y la maldad de los negociados. En el fútbol, como en tantos ambientes conviven ambos sentimientos y tiran día a día para un lado o para otro. Un ejemplo: en el amor a un club se pueden encontrar motivos que sean la causa de un suicidio. En otro caso, se pudo transferir de manera cuestionable a un jugador notable, Ángel Di María.
Leer una nota que lleve la firma de Carlos Del Frade es tomar una clase de ética. Se reafirmarán los valores. Se llegará a conocer más sobre un tema particular para comprobar una vez más, que muchas noticias se ocultan. Que la “actualidad” se puede devorar lo importante. Que muchos no van a repreguntar para que la cosa “no avance”. Que no se informa masivamente las cuestiones de fondo. Que a veces, se discuten cuestiones superficiales. Por suerte existen los Carlos del Frade que no se quedan en la “polémica de la semana”. Y cuentan las cosas con nombre, apellido y domicilio del juzgado donde está la causa.
Desde el 20 de diciembre está disponible Central querido. Manifiesto, denuncia y esperanzas. El cuaderno cuesta 40 pesos, se puede conseguir en la FM Red TL (Rioja 672) de lunes a viernes de 7 a 9 horas durante el horario que se emite el programa que conduce el mismo periodista. También estará a la venta en las próximas presentaciones que haga en los barrios o ciudades cercanas.
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