sábado, 5 de diciembre de 2009

OJOS QUE NO VEN…

LA CONTAMINACIÓN INVISIBLE”.

Nuestro cuerpo recibe la incidencia de los campos electromagnéticos en forma continua. La vida en el planeta se desarrolla gracias a la luz y el calor de los rayos solares, tal vez la mayor fuente de emisión de radiación electromagnética natural. En la actualidad, los avances tecnológicos han acortado distancias utilizando campos electromagnéticos como medio de transporte de datos y comunicaciones. Este tramado de ondas genera fuertes controversias en torno a la capacidad de impactar negativamente en nuestro organismo.

¿Cómo podemos protegernos de lo que no vemos? Un buen primer paso es hacerlo visible, siendo conscientes de la existencia de estos impulsos externos y de cómo nuestro cuerpo reacciona ante esta condiciones.

Los campos electromagnéticos nos permiten comunicarnos, informarnos, conocernos, pero es necesario tomar precauciones para que esta contaminación deje de ser invisible y pase a ser evitable.

PRECAUCIÓN ante los efectos de las antenas y los teléfonos celulares.

Las investigaciones científicas hoy disponibles no permiten saber si las emisiones efectuadas por las antenas de telefonía celular producen efectos nocivos para la salud de los ciudadanos y el ambiente, pero tampoco pueden asegurar su inocuidad. Por eso mismo, debe prevalecer el principio precautorio el cual impone, sobre todo lo que respecta a la salud, que se evite toda situación que pueda suponer un riesgo aunque las evidencias científicas no sean concluyentes.

Amparados en esta instancia precautoria es que vecinos de distintas zonas de la ciudad de Rosario han iniciado juicios en el marco de la Ley 10.000 de intereses difusos, buscando impedir que en sus alrededores se instalen antenas o intentando retirar las ya existentes. El argumento para alejar a las antenas es claro: los posibles problemas de salud que las radiaciones producidas por las mismas puedan provocar.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) en más de una oportunidad ha eludido el tema, postergando resultados de investigaciones y evitando durante años expedirse respecto de los efectos de las emisiones producidas por las antenas de telefonía móvil y de radiodifusión.

Finalmente en 2007, la OMS dio a conocer los estudios realizados durante más de una década para investigar los efectos que provocan los campos electromagnéticos en la salud de los ciudadanos. Según este informe, se ha evidenciado que las antenas y estaciones base de la telefonía móvil “no provocan ningún daño en las personas”. La conclusión fue expuesta por el coordinador de la investigación, Michael Repacholi, quien dijo: “Si fueran así las señales que emiten las estaciones de televisión o radio hubieran causado problemas desde hace cincuenta años y no han tenido efectos a largo plazo en las personas”.

Al mismo tiempo, pusieron énfasis en los teléfonos móviles acusándolos de convertirse realmente en un problema sobre todo para la salud de los niños. “Los teléfonos exponen en la cabeza de los usuarios de mil a dos mil radiaciones más de lo que pueden emitir las estaciones base”, sentenció Repacholi.

Ante tus ojos…

Las radiaciones electromagnéticas de los teléfonos celulares se hacen notar en muchas ocasiones. Cuando el campo irradiado por la antena del celular entra en conflicto con otros campos electromagnéticos se genera una interferencia que se manifiesta en los televisores y monitores de computadoras como un fuerte zumbido, anticipando una comunicación o mensaje. A veces escuchamos esta interferencia en los monitores y el teléfono no suena, esto es debido a que el celular emite impulsos con cierta periodicidad para ajustarse a la antena más cercana.

Wi Fi puede ser más agresivo que los celulares…

La tecnología Wireless Fidelity, mejor conocida como Wi Fi, es un conjunto de estándares para redes locales inalámbricas que actualmente se utiliza para acceder a Internet. Las redes Wi Fi permiten la conexión a Internet de áreas extensas sin el uso de cableado. Estas redes, así como la radiofrecuencia de los teléfonos móviles y las torres de telefonía móvil, emiten radiaciones.

Siguiendo el principio preventivo, mientras no se demuestre lo contrario, es fundamental tomar con precaución las posibles consecuencias de la radiación de la tecnología inalámbrica.

ROSARIO Y SUS ANTENAS.

A principios del año 2007, casi la mitad de las 130 antenas que tiene la ciudad no estaban habilitadas. Para revertir la situación desde el Municipio se instrumentó el Programa de Antenas, que depende de la Dirección General de Obras Particulares y está realizando un reordenamiento de las antenas instaladas en la ciudad. Más allá de la preocupación por el riesgo de derrumbe, la mayoría de los vecinos tienen temor acerca de las radiaciones que emiten. El Programa de Antenas adquirió un equipo de medición de radiaciones electromagnéticas de banda ancha. El responsable del área explicaba en una entrevista realizada al diario La Capital que: “Las mediaciones ya realizadas en los distintos puntos de la ciudad sólo alcanzaron el 1% de los valores permitidos por la Organización Mundial de la Salud” (OMS). Una persona puede elegir usar o no un teléfono celular, pero no puede elegir no ser irradiado por una antena porque la cobertura del servicio celular llega a todos los rincones del país.

LA CONTAMINACIÓN INVISIBLE AFECTA LA SALUD Y ESTÁ EN CASA

La mayoría de consultas médicas buscan remedio a inexplicables dolores de cabeza o a una fatiga que no desaparece ni después de diez horas de sueño.

"El cuerpo humano no está diseñado para recibir permanentemente la radiación que producen los aparatos y las instalaciones eléctricas. Por eso es importante prevenir y para ello, tomar medidas de higiene eléctrica en casa", explica Rafael Hernández, arquitecto especialista en el manejo saludable de la tecnología.

Con cada aparato que tenemos en el cuarto, la calidad del sueño disminuye.

Las células funcionan eléctrica y magnéticamente, y los campos externos desordenan los naturales causando problemas físicos.

"La prueba es muy sencilla. Un marcapasos funciona con un milivoltio y cada aparato conectado produce un campo de 80 ó 120 milivoltios, que escapa por el 'encauchetado' de los cables", asegura Hernández, quien advierte que aunque no es un tema para causar pánico sí es un llamado a la prevención.

Y es que médicamente la estática y el exceso de campos eléctricos están relacionados con las alergias, la agresividad, los problemas y los dolores musculares, el insomnio y la gastritis, simplemente porque la sangre contiene hierro.

"No obstante, esas radiaciones no ionizantes están en todas partes porque las emiten los aparatos necesarios para que funcione la tecnología indispensable para la vida moderna. Entonces, para poderlas asimilar es necesario que el cuerpo descanse de ellas, al menos en la noche", agrega el autor del libro Contaminación invisible.

http://contenido.metrocuadrado.com/contenidom2/noticias_m2/febrerode2007/ARTICULO-WEB-PL_DET_NOT_REDI_M2-3426092.html

LA POLÉMICA EN EL DESPLIEGUE EN LAS REDES DE TELECOMUNICACIÓN MÓVIL.

El 30 de septiembre de 2001 entró en vigor una de las normas sobre las que más expectativas había puestas desde distintos ámbitos: el Reglamento que establece condiciones de protección del dominio público radioeléctrico (DPRE) , restricciones a las emisiones radioeléctricas y medios de protección sanitaria frente a estas emisiones. La necesidad imperiosa de regular este ámbito del servicio de las telecomunicaciones es consecuencia directa del aluvión de situaciones de hecho que han generado los operadores de telefonía móvil, aprovechando, en parte, el vacío normativo existente, para instalar estaciones base de telefonía celular a lo largo y ancho del territorio nacional. Su punto de vista es comprensible: existiendo un mercado potencial de teléfonos móviles ya superior al de fijos (sólo Telefónica Móviles cuenta ya con 17 millones de usuarios en España) y, dada la dependencia de instalaciones e infraestructuras para dar cobertura a la cada vez más creciente demanda, impera la regla del 'First come, First served' (el que primero llega es primero que se sirve o instala) ; por lo que para obtener una ventaja competitiva en el mercado es preciso disponer de las primeras infraestructuras. Tras el pistoletazo de salida, en esta carrera despiadada, los Ayuntamientos, como la Administración más cercana a los ciudadanos, se han visto sorprendidos por actitudes y prácticas a las que no estaban acostumbrados (apareciendo de la noche a la mañana antenas de telefonía móvil por doquier, sin contar con autorización municipal) o bien se han visto obligados a dar respuesta a las solicitudes de licencias de obra respecto de un tipo de instalación del que, en la mayoría de los casos, poco se sabe, pues no son muchos los que dispongan en su plantilla de personal cualificado en esta materia.

http://vlex.com/vid/polemica-despliegue-telecomunicacion-164433

¿QUÉ HACER?

Distancia y tiempo de uso son dos aspectos claves para evitar la incidencia de las ondas electromagnéticas.

Los teléfonos celulares deben usarse en caso de emergencia, en comunicaciones cortas, cuanto menos sea el tiempo de uso menor será la exposición a las ondas electromagnéticas. En el caso de querer tener una charla con alguien que hace mucho no vemos, o simplemente nos gusta conversar por largo rato, siempre en conveniente realizarlo desde teléfonos fijos a teléfonos fijos. Incluso es mucho más barato.

Si utilizamos el teléfono celular con frecuencia, siempre es mejor hablar desde el dispositivo manos libres, ya que aleja la mayor parte de la radiación de nuestra cabeza. Hay que tener siempre presente que el teléfono celular recibe y emite señales electromagnéticas, por eso es preferible alejarlo de nuestro cerebro.

Nunca se debe guardar el teléfono en el bolsillo. Siempre en conveniente dejarlo en la cartera, sobre la mesa o el escritorio y hablar con el sistema manos libres. Nunca debemos llevar el celular pegado al pecho o cerca del hígado, los riñones, el útero o los testículos porque la radiación por microondas puede romper los cromosomas donde quiera que estén.

Las llamadas cortas y, principalmente, los mensajes de texto siempre son menos nocivos que las llamadas largas. Los mensajes de texto, por su corta duración de la emisión y por leerse a cierta distancia de la cabeza, tienen menos riesgos que las comunicaciones convencionales, en muchas ocasiones basta un simple mensaje para decir lo que necesitamos comunicar.

No hablar por celular dentro de un auto. El mismo funciona como una jaula metálica que dificulta la recepción de la señal y el teléfono suple esta dificultad aumentando la potencia con la que emite su señal. Además, hablar por teléfono y manejar aumenta en cinco veces el riesgo de provocar un accidente.


Debra Musso

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