Se iniciaron los juicios contra los crímenes de lesa humanidad en la ciudad de Rosario y parece como si nada hubiera pasado. Solo se interesó, se informó y se comprometió con la causa el activismo militante.
¿Debería ser así, o esto nos compromete a todos? En estos acontecimientos se está juzgando las causas de represión, tortura y asesinatos de la dictadura iniciada en el 76 en nuestro país. Concretamente, se juzga en este momento la causa “Fábrica de Armas” de la ciudad de Rosario. La causa es por la denuncia de 28 crímenes, en los cuales pudieron ser víctima su amigo, su familiar, o su hijo mismo. O tal vez no, pero igualmente debe repudiar estos actos.
Luego de la apertura de la primera sesión de los litigios, inclusive la misma militancia fue decayendo con el correr de los días hasta casi desaparecer. Sí, es dura la palabra por el tema en el que nos estamos desenvolviendo, pero se tiene que hacer una fuerte autocrítica sobre por qué no se pudo sostener la presencia y también el por qué no pudieron persuadir a la masa desinformada o desinteresada.
Luego de tantos años de lucha, de tantas cosas que pasaron los que se comprometieron con la justicia real y concreta por las víctimas de la última dictadura militar, una vez que se llegó a esta instancia tuvo poca repercusión en los medios de comunicación.
Se tuvo que soportar leyes como la de obediencia debida y la de punto final durante la “democracia”, se tuvo que escuchar la teoría de los dos demonios, se tuvo que escuchar las voces pro militares como la de los diarios Clarín o
Infórmese señora, comprométase, no deje que le pasen las cosas por al lado, porque tan solo así podremos estar seguros de que nadie ha olvidado aquellos crímenes, y si la sociedad castiga, es probable que no vuelva a suceder. Lo que se busca con los juicios no es venganza por el pasado, sino “justicia por el futuro”, para usar las palabras de Herminia, Madre de
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