Los centros clandestinos de detención (CCD), que fueron instalaciones secretas empleadas por las fuerzas armadas y de seguridad para ejecutar el plan sistemático de desaparición de personas implementado por la dictadura militar que ocupó el poder en la Argentina entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983, autodenominada Proceso de Reorganización Nacional, fueron clasificados en dos tipos por las Fuerzas Armadas.
Lugar de Reunión de Detenidos (LRD): tenían una organización más estable y estaban preparados para alojar, torturar y asesinar a grandes cantidades de detenidos.
Lugar Transitorio (LT): tenían una infraestructura precaria y estaban destinados a funcionar como un primer lugar de alojamiento de los detenidos-desaparecidos.
Durante ese período, funcionaron en Rosario 10 centros clandestinos de detención. Éstos fueron, Batallón de comunicación 121; Escuela de educación técnica Osvaldo Magnasco; La Calamita; Quinta La Intermedia; Fábrica militar de armas; Quinta de Funes; Servicio de informaciones; Cárcel de encausados; Batallón de arsenales; Quinta operacional Fisherton.
Allí estuvieron más de mil hombres, mujeres y niños, ilegítimamente privados de su libertad, en estadías que muchas veces se extendieron por años o de las que nunca retornaron. Allí vivieron su “desaparición” y estuvieron cuando las autoridades respondían negativamente a los pedidos de informes en los recursos de habeas corpus; allí transcurrieron sus días a merced de otros hombres por la práctica de la tortura y el exterminio, mientras las autoridades militares que frecuentaban esos centros respondían a la opinión publica nacional e internacional afirmando que los desaparecidos estaban en el exterior, o que habrían sido víctimas de ajustes de cuentas entre ellos.
lunes, 30 de noviembre de 2009
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