El lunes 31 de agosto comenzaban a juntarse y arrimarse a los tribunales federales de la ciudad, Oroño 940, una gran cantidad de personas. Eran las 8, y al mejor estilo “el pueblo quiere saber de que se trata”, la gente se interesaba en remarcar una nueva condena a los represores de la democracia.
En el recinto judicial comenzaban los juicios orales y públicos a los represores del terrorismo de Estado que comenzó el 24 de marzo de 1976.
Entre el variado público se destacaban las Madres de Plaza de Mayo, estudiantes de diversas universidades y movimientos políticos de diferentes agrupaciones.índoles.
Previo a la movilización masiva, organizaciones sociales y de Derechos Humanos organizaron una vigilia en apoyo al juzgamiento de los partícipes en crímenes de lesa humanidad.
El plus adicional vino por añadidura de la llovizna de las primeras horas, se sumó la protesta del tormento de las Madres de Plaza al cuestionar al carácter del juicio “oral y público” que, según comentarios de algunas de ellas: “fue una farsa”.
La acusación se fundamentaba en que, muchas de ellas, no pudieron presenciar el juicio en vivo y en directo a causa de las dimensiones del tribunal de Oroño. Además, resaltaron varias veces la existencia de otras instituciones legales que hubiesen posibilitado la conformidad de toda la audiencia.
En el juicio se dio comienzo al juzgamiento del ex teniente coronel Pascual Guerrieri, el ex mayor Jorge Fariña, el ex teniente Juan Amelong y los agentes civiles Walter Pagano y Eduardo Costanzo. Esos ex integrantes del Segundo Cuerpo de Ejército. son señalados como agentes responsables de los centros de detención conocidos como: “Quinta de Funes”, “La Intermedia”, “La Calamita” y “Fabrica militar de Armas”.
Los querellantes acusan a los imputados por delitos de secuestro y torturas de personas, y homicidios de quienes hasta hoy se desconoce el paradero. Además de acarrear la acusación de cometer el delito de “apropiación de menores”.
Declararán en este juicio alrededor de 90 testigos y se comenta que el proceso judicial se extenderá a lo largo de unos cuatro meses.
Las audiencias se desarrollarán todas las semanas, los lunes y martes, adicionando también los miércoles semana por medio. Cada jornada se realizará en dos sesiones, a la mañana de 9.30 a 13, y de 16 a 20.
Durante el resto de la jornada se desarrollaron diferentes actos que tenían que ver con este día histórico tanto para la ciudad de Rosario como para todo el país.
Por su parte, el Diputado Kirchnerista Agustín Rossi lo definió como un “comenzar a cerrar judicialmente una de las etapas más tristes de la historia argentina”.
Del Frade dijo presente
A pesar de la fuerte lluvia que caía en la ciudad, mucha gente se acercó al tribunal para demostrar el interés y el compromiso que genera el primer juicio en Rosario a los represores. Carlos Del Frade, periodista y militante político, también estaba ahí y nos comentó:
BW: ¿Cómo periodista activo y militante, qué representa este día para vos?
CDF: Yo creo que es una gran alegría por lo que se ve acá. Hay familiares y sobrevivientes que hace 33 años que están peleando, y por eso es una alegría, por la enorme e invicta tozudez de los familiares en buscar justicia (nunca por mano propia), y eso me parece que es un símbolo claro de la democracia y de cómo se pensaba la cosa a partir de los que hoy están desaparecidos. Eso por un lado, por el otro, está el debate que hay que hacer de cara a la sociedad, ¿porqué 25 años de democracia recién hoy empezamos a hacer justicia?
BW: Sin embargo 25 años, militantes y todos, no bajaron los brazos, resistieron un montón de cosas y hoy están acá…
CDF: A mi me parece que eso es lo que hay que subrayar. Primero, hoy es casi un “oscuro día de justicia” diría Rodolfo Walsh en uno de sus cuentos más celebrados, pero tiene que ver con eso. Hoy celebramos eso, la existencia de las madres, de los familiares, de los hijos, de los organismos, de los pocos abogados que se jugaron la vida presentando 702 habeas corpus, aquí en la ciudad de Rosario en plena dictadura, y que fueron rechazados sistemáticamente por jueces federales que incluso hoy están a cargo de algunos juzgados. Así que eso hay que celebrarlo. Y lo otro es el debate político: ¿Porqué 25 años de democracia tuvieron que pasar para recién empezar a juzgar a los principales asesinos?
BW: Para terminar ¿Qué papel juega el periodismo en esta problemática?
CDF: Lo que hay que decir es que el trabajo del periodismo en reconstruir la historia del lugar es fundamental. Nosotros vamos a ser testigos en estas causas.
Uno empieza a darse cuenta de que el sistema te dice que estás informado porque te presenta 76 canales de lo que pasa lejos, esa es la gran mentira, Para informar de verdad, hay que informar donde vos podes actuar para transformar, que es en lo cercano. Investigar lo cercano es denunciar con nombre y apellido a los que multiplican la impunidad y el dolor. Este es el mejor mensaje, nosotros desde el periodismo podemos acompañar y construir verdad en donde generalmente se quiere construir impunidad. Florencia Rueda, Bárbara Wagner
martes, 17 de noviembre de 2009
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